Es un desinfectante de amplio espectro, que controla bacterias, hongos y virus. Al ser elaborado al 99.9% de pureza, no produce residualidad, ni fito-toxicidad.

Es capaz de controlar enfermedades que acechan a las plantas de manera preventiva; en su capacidad de control correctivo, es solo para evitar el avance de las enfermedades dentro del invernadero.

Interrumpe el proceso de fosforilización de los patógenos, esto quiere decir, que intercambia electrones y protones con las células patógenas, destruyendo su membrana celular y con la acción de las moléculas de oxigeno las oxida.

Es por esto que ningún patógeno puede generar resistencia al dióxido de cloro.

Al ser una solución liquida puede ser aplicada en el sistema de riego y por aspersión para controlar enfermedades de propagación por esporas.

Se puede desinfectar estructuras con el mismo método.